Después de dos años de intensa sequía, las lluvias de marzo y abril han traído un soplo de esperanza a nuestros viñedos en la Terra Alta. En Celler Piñol, celebramos con emoción uno de los momentos más esperados del ciclo vegetativo de la vid: la brotación.
¿Qué es la brotación de la vid?
La brotación es la primera fase visible del ciclo anual de la vid. Tras el reposo invernal, las cepas comienzan a despertar y a mostrar los primeros brotes verdes. Es una señal clara de que la planta retoma su actividad y se prepara para una nueva campaña vitivinícola.
Este proceso marca el inicio de la primavera en el viñedo. Donde antes solo veíamos madera aparentemente inerte, ahora emerge la vida con fuerza. Cada brote es una promesa: de racimos futuros, de vendimia, de vino.
Lluvias que salvan cosechas
Tras un largo periodo de escasez hídrica, la llegada de las lluvias ha sido vital para garantizar el equilibrio hídrico del suelo y la correcta evolución de la planta. El agua caída en marzo y abril ha permitido una brotación homogénea y vigorosa, clave para la calidad futura de la uva.
Un momento clave para el viticultor
La brotación no solo es un fenómeno hermoso, también es crucial desde el punto de vista agronómico. A partir de este momento, el viñedo requiere un seguimiento constante: control del crecimiento, protección frente a enfermedades, y cuidado del entorno para asegurar que las plantas evolucionen con salud.
En Celler Piñol, cada brote es el comienzo de una historia
En nuestro viñedo familiar, vivimos la brotación con emoción. Años de experiencia nos han enseñado que cada nueva añada empieza aquí, en estos pequeños brotes verdes que asoman tímidamente entre los sarmientos.
Este renacer marca el punto de partida de un nuevo viaje hacia el vino. Un recorrido que combina tradición, paciencia, trabajo y respeto por la tierra.